Jornalismo em tempos de cólera Juan Luís Cebrián publica no nº dez mil de El País, de hoje, o texto "El periodismo en los tiempos de cólera". Destaco este excerto:
"(...)Las tecnologías avanzadas, de alguna manera, nos devuelven a la prehistoria del periodismo. En la sociedad de la información los canard parisinos y los gazzetanti venecianos campan por sus respetos. En la Red, las noticias se mezclan con los rumores, los engaños o las fantasías, y se venden por menos de una gaceta, porque se ofrecen de forma gratuita, buscando refugio económico en las prácticas de la antigüedad clásica: como Horacio, aspiran al mecenazgo de algún emperador, aunque tenga el aspecto de una botella de Coca-Cola. Descubrimos, también, el retorno a los tiempos épicos del periodismo en los que un hombre solo, con una pluma y una resma de cuartillas, se disponía a desafiar al mundo. Así nació el Herald de Nueva York. Su fundador, James Gordon Vennett, hacía las veces de reportero, director, cajista, impresor, distribuidor, agente de publicidad y experto en mercadotecnia. La Red permite también el periódico hecho por un solo redactor, e incluso, dirigido específicamente a un solo lector: propicia la personalización de la información, su especialización al máximo. Algunos se preguntan sobre el futuro del soporte papel para libros y diarios, al que Bill Gates ha vaticinado una supervivencia breve. Es todavía pronto para establecer previsiones de ese tipo, que tienen que ver no sólo con los avances de la tecnología y las demandas de racionalidad económica o ambiental sino, sobre todo, con los hábitos de los consumidores. Pero no debe haber sitio para el temor ni la desesperanza. Al cabo, ¿no será mejor leer en una pantalla de cristal líquido, flexible, bien iluminada, con grandes letras, y capacidad de enlaces a otros temas a través del hipertexto, que hacerlo en un papel con cara de añoso, mal impreso y lleno de imperfecciones? Lo que sucede es que un periódico en la Red no es un periódico: no sale periódicamente, sino que se renueva de continuo; disfruta de la convergencia entre textos, vídeo y audio; y puede dirigirse a un mercado planetario, sin fronteras geográficas ni temporales que lo impidan. En la sociedad de la información, la humanidad se adentra en un mundo desconocido y sorprendente para ella: es necesario comenzar a construir casi desde los cimientos."
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